El martes 1 de octubre, Irán atacó Israel con decenas de misiles balísticos. Mientras sonaban sirenas en todo Israel, se oyeron explosiones en Jerusalén y en el valle del río Jordán. La radio del ejército israelí informó de que se habían lanzado unos 200 misiles desde Irán hacia Israel. La Guardia Revolucionaria iraní confirmó el envío de decenas de misiles a Israel. La Misión Permanente de Irán ante las Naciones Unidas compartió un mensaje en su cuenta de las redes sociales.
En él se afirmaba que Irán había dado una «respuesta legal, razonable y legítima a las actividades terroristas del régimen sionista» y que Israel había atacado a ciudadanos iraníes y violado la soberanía del país.
Se afirmó que el ataque se llevó a cabo en respuesta a los atentados israelíes en los que murieron el líder de Hamás Ismail Haniyeh, el líder de Hezbolá Hassan Nasralá y el general iraní Abbas Nilfurashan.
El portavoz del ejército israelí, Daniel Hagari, subrayó que no había información sobre heridos a consecuencia del ataque. Hagari declaró: «Este fuego tendrá consecuencias. Tenemos planes, actuaremos en el momento y lugar que elijamos».
El presidente estadounidense, Joe Biden, declaró en Washington que Estados Unidos está dispuesto a ayudar a Israel a defenderse. En su mensaje en la plataforma X, Biden afirmó que habían tratado este asunto con la vicepresidenta Kamala Harris y con el equipo de seguridad nacional de la Casa Blanca.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó el ataque con misiles de Irán contra Israel, calificó la situación de «escalada tras escalada» y subrayó la necesidad urgente de un alto el fuego.
El ejército israelí dijo que, tras evaluar la situación, los ciudadanos podían abandonar los refugios en todo el país.
Fuente: AA