(SDGTALKING) – Bakú acoge la Cumbre del Clima COP29, que reunirá a líderes mundiales, activistas climáticos, científicos y diplomáticos durante dos semanas de arduas negociaciones. En la edición de este año de las Negociaciones de las Naciones Unidas sobre el Clima se pondrán sobre la mesa cuestiones vitales en la lucha contra el cambio climático. La COP28 del año pasado en Dubai atrajo a unos 85.000 participantes. Se espera un nivel de interés similar en la cumbre de este año, pero la intensidad de las conversaciones y los temas que se debatirán son más amplios que en años anteriores.
Retos del proceso de negociación climática de las Naciones Unidas
La COP29 llama la atención por ser uno de los mayores acontecimientos diplomáticos del mundo en el ámbito del Proceso de Negociación sobre el Clima de las Naciones Unidas. Un total de 197 países y 198 partes, incluida la Unión Europea, participan en las negociaciones. Estas partes intentarán encontrar un terreno común en distintos ámbitos, como el económico, social, financiero, jurídico, de estilo de vida y de cambios en las infraestructuras. Sin embargo, se trata de un proceso extremadamente complejo, que depende de las diferentes prioridades, situación económica y responsabilidades medioambientales de cada país. En la reunión de la COP de este año, se espera que los países trabajen en un nuevo mecanismo de financiación del clima para poder trazar una hoja de ruta común en la lucha contra el cambio climático.
Amenazas crecientes del cambio climático
Según las estimaciones de los científicos, el aumento medio de la temperatura mundial podría alcanzar los tres grados centígrados a finales de siglo. Esto podría afectar irreversiblemente a muchos ecosistemas, con regiones como Europa calentándose el doble de rápido que la media mundial. Las lluvias extremas y las devastadoras inundaciones de las últimas semanas en España han puesto de manifiesto la necesidad de hacer las infraestructuras más resistentes al cambio climático. Sin embargo, tales inversiones en infraestructuras requieren enormes costes y no todos los países tienen el poder económico para adoptar tales medidas. Por ello, la financiación de la lucha contra el cambio climático y las medidas para aumentar la capacidad de adaptación de los países de renta baja figuran entre los principales puntos del orden del día de la COP29 de este año.
Una nueva era en la financiación de la lucha contra el cambio climático: NCQG
Uno de los temas más destacados de la COP29 será el «Nuevo Objetivo Colectivo Cualificado» (NCQG). El NCQG destaca por ser una estructura que pretende proporcionar el flujo financiero necesario para que los países pobres luchen contra el cambio climático y alcancen los objetivos climáticos. Se prevé que el NCQG incluya un presupuesto de hasta un billón de dólares al año y proporcione un flujo de fondos barato, continuo y accesible para alcanzar los objetivos climáticos. Se espera que estos fondos procedan en gran medida de países desarrollados y organizaciones internacionales.
La razón más importante para que el NCQG ocupe un lugar amplio en la agenda es garantizar que los países de renta baja tengan acceso a la financiación necesaria para alcanzar este objetivo y establecer una estructura en la que puedan asumir más responsabilidad en la lucha contra el clima. Sin embargo, las discusiones sobre qué países pueden beneficiarse de estos fondos y qué países deben contribuir a esta financiación parecen ser uno de los temas más candentes de la cumbre. En concreto, países como China, Arabia Saudí y Qatar exigen acceder a la financiación climática manteniendo su estatus de países en desarrollo desde que fueron incluidos en la lista de países en desarrollo determinada en 1992. Sin embargo, el hecho de que estos países hayan realizado grandes progresos económicos desde 1992 los convierte en blanco de críticas en el ámbito internacional.
Solicitudes de ayuda de los países ricos a los países pobres
La agenda de la COP29 incluye no sólo financiación para los países en desarrollo, sino también peticiones para que los países desarrollados presten más apoyo a la transición hacia tecnologías con bajas emisiones de carbono. En concreto, se pide a países como Europa y Estados Unidos que tomen medidas más ambiciosas y rápidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Los países de renta baja, por su parte, exigen apoyo financiero a los países desarrollados para lograr esta transformación. Esto se debe a que la transición a tecnologías bajas en carbono requiere enormes costes y muchos países pobres no tienen el poder económico para hacer frente a esta carga financiera.
Fondo de pérdidas y daños y objetivos de desinversión en combustibles fósiles
Otro tema importante que se debatirá en la COP29 es el Fondo de Pérdidas y Daños, que se decidió en Dubai el año pasado. Está previsto que este fondo, que proporcionará financiación a los países afectados por catástrofes climáticas, se amplíe y llegue más rápidamente a los países que lo necesiten. Sin embargo, dónde y cómo se aportarán los recursos financieros del fondo sigue sobre la mesa como asignatura pendiente. Asimismo, el objetivo de abandonar los combustibles fósiles en el sector energético supone un proceso de transición difícil, especialmente para los países en desarrollo. En consecuencia, se anima a los países a actualizar sus compromisos para abandonar los combustibles fósiles en la producción de energía.
Objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero
En la cumbre de Bakú se espera que los países actualicen sus compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y fijen objetivos más ambiciosos. Según las previsiones de los científicos, los compromisos actuales no son suficientes y podrían no evitar que el calentamiento global alcance los tres grados centígrados. Por ello, en la COP29, se pide a los países que desarrollen estrategias de reducción de emisiones más eficaces y tomen medidas concretas en este campo.
Se espera un difícil proceso de negociación
La COP29 de Bakú será una plataforma en la que se tomarán decisiones vitales en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, dada la complejidad de las negociaciones y los conflictos de intereses entre los países, se prevé que no será fácil alcanzar un consenso. Cuestiones como el reparto de responsabilidades entre países desarrollados y en desarrollo, la distribución equitativa de los recursos financieros y los objetivos de reducción de emisiones determinarán el curso de la COP29.
Esta cumbre, que comenzó en Bakú, podría ser un punto de inflexión en lo que respecta a las políticas climáticas mundiales. Durante las próximas dos semanas, los delegados tratarán de dar pasos concretos hacia los objetivos climáticos globales y buscar formas de actuar solidariamente frente a la crisis climática. Sin embargo, alcanzar un acuerdo por todas las partes en este proceso será el mayor reto de la COP29.